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Mostrando entradas de septiembre, 2018

Un año desastroso

Se inicia el último trimestre del año 2018.  Menudo año en España, repleto de maniobras políticas, contradicciones, maquiavelismos coyunturales, empeños obsesivos en resolver cuestiones colaterales que carecen no ya de urgencia sino de necesidad, como decidir derribar inmuebles votivos porque en su día los edificó, con nuestro dinero, algún influencer político del pasado y que ahora otro influencer político del presente pretendería eliminar, también con nuestro dinero como si no hubiera cosas urgentes, necesarias y básicas en la sociedad real para invertir el caudal público. Mientras tanto, parecería que las cuestiones fundamentales siguen abandonadas a la espera, como la amenazante ralentización económica, la caótica presión migratoria, los errores sanitarios, los problemas territoriales, la ínfima consideración y el inexistente interés en el extranjero no ya por la política interna del país, sino por una población tan mal representada y que, por su lado, tan mal administra su prote

Pequeño gran Mundo

El país donde vivo, España, continúa enredado y desbordado, a nivel político, por diversos manejos, intrigas, escapismos y presunciones personales y grupales, como se puede contemplar a diario en los medios de comunicación, cuyas informaciones no paran de incidir en la repercusión de la situación política en una sociedad atónita, intranquila, irresoluta y que sigue incapaz de promover y conseguir dirigentes eficaces, sinceros, profesionales, preparados y decididos a olvidarse de sí mismos para impulsar el progreso social, con vocación de servicio al país y alejados de sus propias apetencias.     La situación de constantes "riñas" políticas contribuye a situar a los ciudadanos, más y más, en un atónito inmovilismo frente a los distintos desafueros que sufren, como la pérdida de derechos laborales antaño adquiridos, la mala gestión ministerial y sectorial, el repunte del revanchismo, el desprestigio del sistema educativo, la pérdida de calidad de la Sanidad, el caos administrat

Mantenerlo y no enmendarlo

Errar es de humanos, lo que resulta largamente demostrado. Tropezar dos veces en la misma piedra es también de humanos pero, al repetirse el error, se evidencia la incapacidad, o la torpeza, o una tremenda indiferencia por parte de quien yerra del mismo modo en distintas ocasiones. O tal vez será que, al repetirse determinados sucesos, de hecho, personas o instituciones son totalmente incapaces, torpes y claramente indiferentes cuando repiten el mismo error, de un modo demasiado llamativo si afecta negativamente a la situación o los problemas de los ciudadanos.    Confío en que recuerden la alusión que hice, en entrada anterior ("Más fallos increíbles"), al suceso por el que, al tardar la atención médica de una urgencia, nada menos que tres horas , en una de las regiones del país, la enferma falleció por un ictus que debieron atender de inmediato y, por el contrario, evolucionó sin atención hospitalaria durante más de tres horas. En esa situación sin duda hubo error humano

Más fallos increíbles

Una noticia de ayer, 8 de septiembre, ocurrida el pasado 14 de agosto en una localidad española: una señora sufrió un ictus, no podía hablar, mover una pierna ni caminar, síntomas conocidos por muchos aunque no se tenga conexión con el sector de la Sanidad.    La familia había llamado para pedir asistencia sanitaria. Apareció una ambulancia   dos horas y veinte minutos más tarde, siendo solo de transporte (sin médico) y, al ver el técnico de la misma la situación de la enferma telefoneó otra vez a urgencias, pidiendo asistencia facultativa. Llegó otra ambulancia, ahora medicalizada, después de otros treinta minutos de espera, cuyo médico decidió que "dada la estabilidad de la paciente" fuera la primera ambulancia la que la llevara al Hospital. Tan "estable" debía de estar la enferma, que de camino le repitió el ictus. En el Hospital fue operada de urgencia. Falleció ocho días después.    El organismo oficial correspondiente explica que, tras la primera llamad

De la inmovilidad, a las prisas.

Hola, empiezo con un saludo a quienes han mantenido su amable interés por los temas de este blog durante los meses vacacionales, así como a cuantos se incorporen, o reincorporen, a su lectura. Una bienvenida muy especial a quienes han accedido en distintas ocasiones al blog desde Brasil, ese país grande, dinámico, plural y variado que tengo por cercano -a pesar de la lejanía- por tener idiomas hermanos y una cultura común. Su interés en mi publicación me honra. Gracias, amigos todos.    Esta última semana me he preguntado por las noticias que afectan a la sociedad directamente, lo que suele referirse casi siempre a la acción del gobierno. No tengo afición alguna a la política, no la sigo con puntualidad y cuando me detengo en ella es porque resalta entre cabeceras de portada en los medios. Entiendo que los resultados de la actuación del poder instituido muchas veces se quedan cortos y en otras ocasiones se pasan de rosca, pero rara vez son resultado de ponderación en los objetivos y