Un año desastroso
Se inicia el último trimestre del año 2018. Menudo año en España, repleto de maniobras políticas, contradicciones, maquiavelismos coyunturales, empeños obsesivos en resolver cuestiones colaterales que carecen no ya de urgencia sino de necesidad, como decidir derribar inmuebles votivos porque en su día los edificó, con nuestro dinero, algún influencer político del pasado y que ahora otro influencer político del presente pretendería eliminar, también con nuestro dinero como si no hubiera cosas urgentes, necesarias y básicas en la sociedad real para invertir el caudal público. Mientras tanto, parecería que las cuestiones fundamentales siguen abandonadas a la espera, como la amenazante ralentización económica, la caótica presión migratoria, los errores sanitarios, los problemas territoriales, la ínfima consideración y el inexistente interés en el extranjero no ya por la política interna del país, sino por una población tan mal representada y que, por su lado, tan mal administra su p...