Comentarios varios sobre momentos pasajeros
Saludos, amigos: permitidme copiar una referencia (como hacemos los autores al inicio de algún libro nuestro, introduciendo como cita unas breves líneas de otro autor), que incluyo en el párrafo siguiente, como pequeño prólogo al texto de esta entrada. En este caso se trata de un fragmento que copio de mi último libro, para escribir después mi propia miscelánea (=variedad) de comentarios en esta entrada. La referencia es:
" ...El libro también representa un lamento por la Concordia evanescente que ha sido, y sigue siendo, preterida en un mundo que no encuentra su camino a la paz. Y, de hecho, el presente es tan complejo y disolvente que busca la solución actualmente con las máquinas y... escapando al espacio. ("Tu Concordia, aquel París del mayo del '68", Nota de la autora)."
Y ahora, mi primera sensación en este día: Preguntarme cómo podemos consentir que en el siglo de la imparable tecnología, de la inteligencia artificial, del conocimiento del Universo, de los imponentes telescopios, del Sistema Solar esperando visitas, de las sugerencias de "Liberté, Égalité, Fraternité" para todos y entre todos, del conocimiento de lo que hemos hecho y hacemos con el clima, de lo que sabemos que va a ser del Planeta a cierto plazo, asolado, devastado y bombardeado por la acción humana, de rencillas convertidas en guerras en perjuicio de propios y ajenos...
Y... ¿No nos preguntamos si es la impotencia, o el destino.... O incluso el Planeta que nos sustenta, lo que nos está avisando de las consecuencias? De pronto, la lluvia se ha hecho intensísima, incluso en lugares de secano, con un evidente peligro, ya demostrado. Los glaciares se deshielan, los polos congelados se disuelven, el agua marina crece cada vez más con la mezcla de agua dulce del deshielo, ese aporte creciente al agua oceánica ya entraña más nubes y mucha más lluvia y sus consiguientes inundaciones y tornados, cuando ya hemos tenido ocasión, en los informativos, de ver alguno acechando en España.
¿Y los volcanes? ¿Parece que algo los estuviera "reprogramando" a la vez? Dado que estallan casi en todos los continentes o en islas donde han dormido largo tiempo... en un Planeta, el nuestro, en el que la densidad del magma bajo cubierta debe de ser inmensa, repartida por el globo y territorios, algunos depósitos de lava enormes y latentes en el centro y norte de Estados Unidos. En España, en Canarias, se manifestó (ya vigilado previamente) el volcán de la pequeña isla de La Palma, que cubrió con sus arroyos de lava una gran parte del territorio; y a la espera queda en Tenerife el enorme Teide, volcán hasta ahora amistoso, pero solo dormido, cuando sus rocas en el entorno de subida hacia el cráter siempre están calientes. Y el Vesubio histórico en Italia, el Mauna Loa y el Kilauea en Hawai... y todos de los que no sabemos a nivel de ciudadano hasta que estallan, pero sí conocidos por los científicos.
Quedarían los terremotos, bastantes de los cuales se han manifestado --en mayor o menor medida-- en el continente americano, en zonas de Asia y en algunos lugares de Europa. Incluso en el sur de España se han producido algunos movimientos.
Claro ¿Qué le vamos a hacer los ciudadanos comunes, casualmente los más numerosos? No tenemos especialización en estas ciencias, no tenemos poder para actuar, carecemos de medios personales o incluso sociales. Tal vez sería buena idea seguir estos acontecimientos cuando ocurren, por si alguna vez somos suficientes para presionar y que los medios materiales y humanos que se dedican a los constantes conflictos armados, reviertan por siempre a la búsqueda de soluciones y previsiones que puedan anticipar y disponer de acciones que eviten la destrucción de personas y de vida natural, en sucesivos desastres... ¡Por si aumentan, por si no cesan, por si reaccionamos demasiado tarde!
Como relajación a todo lo anterior, en esta miscelánea paso a señalaros que, habiendo sido invitada a una presentación de mi último libro (que es igualmente "Tu Concordia...", en los locales de una dotación social de mi ayuntamiento, el simple aforo de veinte oyentes sentados (todos permanecieron hasta el final, pasada una hora y media) se convirtió en una conversación común, cooperativa y espontánea, a partir de mis libros y mis experiencias y las suyas propias. Tanto así, que procedo a agradecerles su presencia y sus ganas de vivir y de conocer personas, historias, narraciones y libros y con ello haber enriquecido mi manera de ser y de escribir. Gracias sinceras a todos, amigos.
E igualmente a vosotros, mis lectores, que hacéis posible que, en base a vuestra presencia habitual y paciente, mantenga yo vivo este blog.
Hasta la siguiente entrada que tendrá lugar en principio (si algo imprevisto no lo retrasa) entre los días sábado 5 y domingo 6 de abril.
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