Panem et circenses

 Hola de nuevo, amigos y lectores. Si habéis leído la entrada anterior --sobre los ruidos vecinales estrepitosos-- recordaréis el sobresalto repentino que me produjo el retemblar de una taladradora con percusión en mi pared --provocado por un vecino obsesionado por el bricolaje-- que, por el salto que dieron mi silla y mi corazón, me ha estresado durante días. Al menos ya me he tranquilizado --no olvidado-- y puedo cumplir con mi agenda y ofreceros esta nueva entrada.

   Pues aquí me tenéis, en un país políticamente inconsecuente, diría que caótico durante los últimos mandatos, rolando a un guiñol que podía  imitar a los períodos dictatoriales romanos, que eran consentidos en épocas conflictivas, pero actualizado con marionetas gritonas, dándose trompazos unas a otras, mientras los niños que están como espectadores lo contemplan divertidos, asombrados o asustados. Los "niños" comen y se divierten, así que todo va de rutina, mientras haya buena comida y sucesiva diversión.

   Pues, lamentablemente, ese puede ser un símil de lo que algunos --incluso muchos-- sentimos al paso de los días sobre el vocerío, ruido y bandazos sociopolíticos (además de vecinales). Con mucha protesta, eso sí, pero solo a nivel de bares y diversión, de modo que la responsabilidad personal y social se evapora en el espacio y aquí, aunque suceda todo, finalmente no pasa nada... salvo Pan y Circo, a diario.

   Tal vez lo sugiera de otro modo, uno de mis libros, "Desplazados", publicado en 2020 y sobre el que os avanzo que no se refiere a población actual, desplazándose en el presente, sino que es un ensayo novelado de futuro:

   <<Ruido, movilidad y atención expresan movimiento, visión, átomos colisionando, cualquiera sabe para qué. El mundo, ¿es tal vez precisamente como parece ser y nos fuerza en una sola dirección? (...) Tal vez solo se trata de visión desenfocada, movimiento descontrolado, ruido exterior (...) Creemos que el sistema suena, aunque tal vez inventamos el concepto mismo del sonido. Puede que (... lo percibamos) con visión reducida, movimiento parcial, ruido interior y, en lo más básico asumimos nuestra existencia inconscientemente, o nos hacen creer que la asumimos (...) pero ¿y si todo resulta ser un fiasco imaginado, un montaje elaborado, un artificio de bambalinas en medio del ruido, movilidad (y también) aturdimiento (...) Para el caso, tanto da, imaginado por ser real o real porque está imaginado: somos sus sujetos (=súbditos), luego no importa si efectivamente existimos, porque lo aceptamos.>>

   Bueno, amigos. Entiendo que os preguntéis de qué va el párrafo anterior: si podéis, pensad en ello unos momentos: hay muchos tipos de desplazados en la Historia, pero ¿os habéis planteado --si seguimos limitados a esperar solo Pan y Circos-- cuál será el futuro de la mayoría? ¿En qué plazo?

   La próxima entrada, amigos y lectores, espero subirla --ya en el mes de las comilonas y las diversiones por antonomasia-- entre el sábado 9 y domingo 10 de diciembre.

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