Pasajeros somos : Tecnología y humanidad

 Saludos, amigos, a todos los que tenéis la amabilidad de visitar este blog. En esta ocasión, con expresión de mi agradecimiento  a los lectores que proceden de otros países del mundo, y que aportan una presencia creciente en sus visitas a las entradas en el mismo.

    Había anunciado en la entrada de 19 de febrero (donde ya traté sobre el film "Passengers"), que continuaría citando el texto de dicho artículo y procedo a hacerlo aquí. Os recuerdo que es el Comentario décimo octavo de mi libro "Triannual II", publicado en 2021 y en esta entrada sigo aludiendo al viaje espacial que la película narra. Con esta cita:

<< ... No hay (en la nave) ningún ser humano activo, y determinados artefactos robóticos se ocupan del orden y el aseo interior (además de la compleja maquinaria de desplazamiento y mantenimiento de vida) durante el trayecto. No hay nadie en vigilia (...) Otras obras, literarias o fílmicas, han contemplado a supernaves espaciales convertidas en mundos estancos de metal, nomadeando entre las estrellas (...) huyendo para siempre de una destrozada Tierra y en busca de un nuevo hogar: para entonces su único entorno y país es el recinto, acotado y sellado, donde van transformando su cultura original, según las circunstancias de la estabulación (...) en la cápsula en la que viajan.

<< (...Pero) no es una huida: el inmenso crucero espacial en el que viajan no se desplaza como una escapatoria, accede a sistemas extra-solares por medios normalizados técnicamente, con valor económico y sin que los viajeros tengan conciencia del paso del tiempo (...) en el transcurso de la larguísima distancia: la nave, la ruta y el planeta de desembarco son propiedad de una empresa que obtiene de la explotación de la colonia espacial y de los pasajes unos ingresos económicos inmensos >>.

Aquí termina, por ahora, la cita, dado que el texto es más extenso. Pero sugiero aquí mis consideraciones sobre la situación, en el film, de quien (o quienes) se ven abocados a una soledad irremediable, que solo admite dos posibilidades: la adaptabilidad (difícil y complicada) o la desesperación (y las consecuencias extremas). Si ambas cosas ya son, de por sí, un reto en la vida del ser humano (aun estando siempre acompañado de otros) en un mundo con ocho mil millones de habitantes, a la fecha, estamos encerrados en un planeta casi superpoblado; en sucesivas ocasiones abrumados por amenazas bélicas entre partes;  por las crecientes exigencias de una economía en expansión...

...Abocados a un cambio climático, a la degradación de los recursos naturales; también a la, estadísticamente creciente, cercanía asteroidal... y confiados en una tecnología en constante desarrollo que podrá servir, o tal vez no, a la humanidad. Ya se verá en el curso de los tiempos.

Siempre gracias por vuestro interés en mis escritos, amigos. Subiré la próxima entrada entre los días 13 y 14 de mayo.

   

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