Pasajeros somos todos

 Saludos en este segundo mes del año 23.

     Con cierta prisa por atenerme a mi agenda (en la que anunciaba este fin de semana para subir la entrada del mes de febrero), vuelvo a ofrecer -- en algunas entradas nuevas-- párrafos de mi más reciente publicación, que es 'Triannual II' : Pues no en vano este blog se llama Triannual desde que se inició, en 2018, al publicarse el primero de los libros, 'Triannual I'. Por eso, comparten nombre el blog y los libros de esa serie.

   He seleccionado el comentario décimo octavo, que contiene las consideraciones que me sugirió el film "Passengers", el cual me sorprendió gratamente en su momento. A la vez, me permití incluir en ese mismo comentario mi homenaje personal a una serie televisiva que me ha acompañado durante mucho tiempo, con su genialidad y alegría, y que finalizó en 2019 (que fue también el año en que redacté el texto que les propongo aquí abajo) después de doce temporadas. Esta es la primera parte del comentario:

<<Pasajeros somos todos, en muchos sentidos de la vida, porque si algo nos caracteriza como seres vivos es el desplazamiento autoinducido, la movilidad: vamos y venimos todo el tiempo hasta tal punto que me pregunto si, en realidad, lo que llamamos tiempo no será, pura y simplemente, la ejecución constante y sucesiva del movimiento propio y del entorno, mientras la vida nos alienta. Doy vueltas a la idea y algo me hace seguir insistiendo, valga o no valga: será que la vida se concentra, o se manifiesta, o se desarrolla o empieza y termina en base a la movilidad, o se extingue por la ausencia de ella. De modo que esos años que voy recorriendo no los "cumplo" porque cuento el tiempo que transcurre, sino que los "existo" por el movimiento que no cesa: ni al dormir; ni al descansar; ni al perder el sentido, puesto que algo --en cada caso-- se mueve siempre en algún lugar corporal del ser vivo, mientras no muere, y del entorno, mientras no resulte arrasado.

 <<De modo que esos años, que resaltamos como el paso sucesivo del tiempo, puedo considerarlos como simples contenedores convencionales del movimiento individual y colectivo existencial: marcadores de situación, como muescas primitivas en las rocas, sobre aspectos de la vida que fue.

   <<Evidentemente lo dicho no tiene, en mi caso, respaldo científico. Si llegara a tratarlo con un físico teórico, como sería Sheldon Cooper (interpretado por Jim Parsons, en Big Bang Theory), me lo refutará con alegaciones barnizadas de altivez tecnológica (que no implica que las diga con desprecio, se trata de desapego social y presunción personal) con un matiz de "venga, moscón, vete a tus asuntos ordinarios y deja razonar a nuestras mentes científicas, abstraídas en importantes cuestiones, aunque parezcan improbables".

 << O, paralelamente, si fuera el caso de tratarlo con su amable colega, el físico experimental Leonard Hofstadter (interpretado por Leonard Galecki, y los apellidos en ambos casos son complicados de recordar), él me lo refutaría, en cambio, con aspecto de pedirme perdón por su propia inteligencia avanzada, incluso como si hubiera querido moderarla y lamentando tener que oponerse, por razones científicas, a mi original idea. Y siempre minimizando educadamente su opinión personal, al expresar diplomáticas dudas respecto de su criterio propio.>>

   Bueno amigos, el comentario continuará, si todo va según lo previsto, en la curiosa fecha idéntica a la de esta entrada, pero de marzo (que repite  los días de las cuatro primeras semanas, exactamente igual que los días y cuatro primeras semanas del corriente febrero). Así que,  por tal causa, la próxima entrada estará prevista para publicar entre los días 18 y 19 de marzo, como lo ha sido esta de febrero. 

Hasta la próxima.