De vuelta a lo normal

 Ya, solo a dos días de iniciarse el mes de septiembre, saludo a los amigos lectores que supongo que están de vuelta de sus vacaciones. Al menos este blog sí que ha reflejado ese lapso temporal, puesto que las lecturas de la entrada anterior, a principios de agosto, han tenido muy poca presencia y mucha ausencia. No obstante, me alegra señalar que, hace apenas unos días, uno o varios lectores han entrado al blog, por primera vez, desde un país latinoamericano, que así se une a otro, igualmente de Sudamérica, que realizó numerosas lecturas de las entradas, hace unos meses. Gracias por honrar con sus visitas y su interés a esta sencilla escritora.

No obstante, el lector  que no haya visitado previamente la entrada anterior, puede consultarla si es de su interés.

Por otro lado, recuerdo que también había anunciado antes que, en alguna entrada, incluiría en el blog algunos párrafos de mi reciente libro "Triannual II", del que creo recordar que ya avancé algún texto en una entrada anterior . Sea como sea, aquí va el que hoy selecciono a tal efecto:

    "Triannual II, Trigésimo sexto comentario, "Y a ver cómo seguir", redactado a finales del año 2020 (de mal recuerdo) página 397. Es el último de los comentarios numerados y es el inmediato anterior al Comentario Final del libro, escrito en el trienio 2018 a 2020:

<<Los animales (...) tienen la ventaja de vivir cada día, como quiera que venga, y volver a vivir el siguiente sin el peso del recuerdo del anterior (...), asumiendo su vivencia de hoy, pero dejando de lado la preocupación de ayer. Esa desconexión no ocurre en el ser humano que (...) no solo recuerda episodios y circunstancias del pasado, lejano o cercano, sino que (...) puede influir en su actividad vital sucesiva. Además, la razón quizá más importante para no olvidar el pasado se debe a la influencia de lo social sobre la persona (...) porque también depende del ordenamiento político que interactúa con la población.

<<Y claro, ahora todo gira en torno al desastre epidémico (...) donde hay tantos vacíos de información fiable que, en principio, deberíamos conservar el recuerdo personal del día de ayer y el anterior y el anterior, hasta el 8 de marzo (de 2020), porque mientras rememoramos (ese) pasado, descubrimos si ha influido o no, en el presente y cómo sus secuelas diseñarán el futuro, anticipado por la vía del razonamiento...>>

        Texto que fue escrito en noviembre del pasado 2020. Sacar conclusiones es, siempre, una elección personal y perfectamente respetable.

         Gracias por vuestra presencia y paciencia, amigos todos, y hasta la próxima entrada que, por  compromisos de edición y organización, tendrá lugar en algún momento del próximo  2022, si es posible.

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