Lo que llueve en verano

Esta entrada cierra el mes de julio y abre el de agosto de 2021. Fechas en las que el (aparente y supuesto) descontrol sociopolítico burbujea con disimulo, mientras la población se lanza a unas vacaciones largamente esperadas porque las anteriores se remontan al verano de 2019. De siempre, los estamentos políticos, de todo tipo y color, gustan del veranito para seguir retorciendo la estabilidad económica y síquica del administrado, que es el ciudadano que paga para sostener, mantener y apuntalar con su esfuerzo y su dinero todo el despelote que arrastramos desde 2019. 

   Y surgen noticias de las de echarse las manos a la cabeza pues, por ejemplo, ayer día 31 de julio, también burbujea el trajín político subsiguiente al cese de un montón de ministros para sustituirlos por otros nuevos. Añadiré, prudencialmente, que estos, supongo, tan "dotados" para la gobernación  como los anteriores, aunque sea a nivel de sueldos que del otro nivel (hasta ahora muy enmarañado), que es la eficacia y la congruencia, pues la verdad: los que se van habrán tenido y los que vienen tendrán, supuestamente, alguna capacidad, pero los resultados yo, como ciudadano del común, en la calle no los veo y estoy a la espera de que existan. Y el tímido despertar socioeconómico --lógico, porque si no estaríamos muriendo de hambre por las esquinas--, cuando lo percibo, y tal como se manifiesta, se debe al esfuerzo cotidiano de las empresas y los trabajadores, dicho todo supuestamente.

   Pero bueno, menos filosofía y más hechos, y aquí van los que me han sugerido este comentario, que no era el que tenía previsto:

    Ustedes recordarán la temprana dimisión de Maxim Huerta, a los seis días de haber sido nombrado ministro (de "algo" que ni recuerdo), por unas cosillas fiscales que tuvo con Hacienda tiempo antes: y que, al cesar enseguida, percibió su correspondiente indemnización parcial por su nombramiento de seis días de duración. Pero después ningún otro cargo oficial ha dimitido, y no será por falta de sucesivas torpezas, confusiones, malos entendimientos y acuerdos que  desembocan en desacuerdos, producidos y repartidos por distintas áreas políticas de ordeno y mando, a través de sus innumerables Decretos, o por sus incesantes apariciones televisivas. 

     E, incluso, con una fotito de alto nivel conseguida con un presidente de otro país, por aquello de que --aunque sea por un ínfimo paseo presidencial de dos minutos-- la foto justifique ¿el coste del viaje? ¿El coste de la presunción? u otras preguntas cuyas respuestas se las dará a sí mismo cada ciudadano, teniendo en cuenta qué demonios ha sacado nuestro país de una desatención internacional de dos minutos ¿Recordarnos que en la cola de las naciones vamos sobre el trasero y cuesta abajo?

    Bueno, sí, ya vuelvo al inicio. Noticia de vacaciones:  algunos de los ministros cesados ahora, será que henchidos de orgullo por su brillante labor en sus respectivos cargos del pasado, han solicitado el regalito político que es la indemnización, que se destina a los altos cargos (¿despedidos?) que en el momento del cese no cobren otros sueldos que el que pierden al cesar, pobrecillos. Y que consiste en percibir gratis el 80% del sueldo que cobraban como ministro. Y lo cobrarán durante un máximo de dos años, lo que supone un "paro" tan  aristocrático que tan solo un "pellizquito" del mismo desearían para sí los ciudadanos parados, de poca o de larga duración. Y para terminar, lo han solicitado los ministros cesados de las siguientes áreas:

Ciencia

Educación

Asuntos exteriores

Gabinete de Presidencia

Ex-vicepresidente segundo, que cesó con anterioridad.

    Quedan por decidirse: el cesado en Cultura; y el cesado en Justicia.

     Legalmente, el que consiga en el curso de los dos años otro sueldo público o privado dejará de cobrar la indemnización política, pero, claro, no devolverá lo obtenido previamente. ¿Qué piensan  ustedes?  Bueno, creo que si eso de ponerse a trabajar y renunciar a cobrar gratis sucediera, ya no sería ni noticia. Y, entretanto, acaba de crearse otro montón de ministros que, en su día, también recibirán su indemnización. Y así, una vez tras otra.

Para ampliar la información pueden consultar la prensa de estos días.

     Pues, amigos, felices y merecidas vacaciones y les invito a la entrada siguiente, del 28 al 29 de agosto.

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