Mundo de carga y descarga

 Os saludo en esta entrada, que será la última del 2020, año atroz que nos deja una un legado amenazador y un futuro al que habremos de enfrentarnos, a partir del nuevo año 2021.

    Evito comentar aquí, de nuevo, la situación de la pandemia que dejo pendiente para la entrada prevista en enero de 2021. Sin embargo, es el momento de traer a esta página un factor permanente y crucial: 

     Que es en el Planeta, en relación con la vida (biológica y social) donde el futuro dependerá de factores más dudosos que esperanzadores.

     I.- Respecto de la situación global, no sería la primera vez que los medios de información llaman mi atención hacia un acuciante presente-pasado-futuro: Cuando en 2015 inicié los Comentarios por un período de tres años en mi primer "Triannual" (libro publicado en 2018), ya era de gran importancia una cuestión a la que me referí en el segundo comentario del libro y que, prácticamente, lo iniciaba. Trataba sobre las conclusiones de la Conferencia del Clima, celebrada en París, que ha mantenido mi atención permanente en los resultados habidos sobre las contingencias y el porvenir del Planeta como un todo.

     Anteriormente me he referido a uno de los párrafos del libro, correspondiente al comentario titulado "Culpables con culpa", cuyo texto seguramente no habría sido muy diferente si lo hubiera escrito en la actualidad; y que reproduzco con un párrafo corto:

"...(Las) previsiones, en mi opinión, implicarán potenciar necesariamente un enorme montón de actuaciones, teniendo en cuenta los imprevistos y, lamentablemente, también los posibles fallos en lo previsto... si no actúan con responsabilidad y capacidad los gobiernos respectivos (que van y vienen, llevados por revueltos vientos y huracanes políticos); o si prevalecen los intereses de las multinacionales (que no sé yo por dónde irán, salvo a su beneficio); o se elude la voluntad de cumplimiento por el sector empresarial (variopinto y egocéntrico); o si se abandonan las actuaciones por los líos internos de los países (que no cesan, sino que aumentan) y si continúa existiendo la fría indiferencia actual de la población (ya sea real o provocada), sin dejar en olvido la presión de los conflictos bélicos (interminables e incontrolables)."

       II.- Por otra parte, hace poco he encontrado datos importantes en una noticia de hace más de dos años, que hallé en una de mis búsquedas por los archivos. Era un corto artículo en el diario "El Mundo" por Carlos Fresneda, corresponsal en Londres en aquel momento del 23 de mayo de 2018, con el título "El insoportable impacto de la especie humana". Se refiere a un estudio publicado en aquellas fechas en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.) sobre la distribución y el desequilibrio de la biomasa en la Tierra, del cual les ofrezco el primer párrafo:

    "Con el 0,01% de la biomasa, los humanos han acabado con el 83% de los mamíferos silvestres y con la mitad de las plantas..."

     Para leer todo el texto periodístico citado, que es conciso, pero que -en pocos párrafos- dibuja claramente la situación del Planeta en 2018, hay que encontrarlo entrando en la hemeroteca, porque ya no tengo enlace directo al artículo.

       III.- También he señalado en algunas ocasiones y por su relevancia, la cabecera en portada de otra noticia ("20 Minutos, Emilio Ordiz, 13/14 marzo 2019): "La ONU alerta: el ser humano está degradando el planeta a un ritmo casi imparable".

     Esa conclusión de la propia Organización de las Naciones Unidas, ha hecho derivar mi desbocada imaginación hacia una situación planetaria que no encuentra solución, como lo contemplan las noticias citadas de los dos años anteriores, además de numerosos indicios. 

    Así que he optado por la improvisación irónica, para proponer que se instaure otra institución internacional paralela, destinada a plasmar los conflictos del Planeta según vienen y van, como si fuera un diario descomunal. Y me he planteado  qué nombre le pondría: tras evaluar los dos o tres más "creativos",  me decanté por una supuesta "Organización contra la Destrucción de la Tierra" cuyas siglas -no les pasará desapercibido- serían ODT. Luego comprobé que, como resultado de una simple casualidad, las siglas sonarían, al pronunciarlas, como una de las palabras malsonantes más habituales en España, pero que, tal como vamos, reflejaría muy bien -eso sí, groseramente- una situación mundial y nacional conflictiva, que no se resuelve y que se complica, día a día, en perjuicio del entorno y de la vida terrestre. Y que también, a cierto plazo, afectará a los (ahora mismo) 7.600 millones de habitantes, en creciente: Que pueden ser 8.000 millones en 2024 y 10.000 millones en 2050. Luego, ya me pierdo... así que, en tal caso, solo me quedarían las siglas como expresivas de la situación.

   Volviendo al inicio: Como el artículo que cité en este epígrafe es del año anterior al actual podría no aparecer por enlace al periódico directamente, así que os doy el enlace directo a la noticia de la ONU:

           https://news.un.org/es/story/2019/03/1452781

       IV.- Y para terminar esta entrada y este año, acosado por los sucesos que nos abruman y por dudosas perspectivas de futuro, paso a algo que prometí varias veces en la lista del blog y que en realidad no recuerdo si ya lo subí o no. Es un pequeño fragmento de mi segundo libro, "Hilos en la Cuerda" (publicado en 2019), y sus líneas forman parte de la última novela corta (titulada "La casa de David") de las tres que hay en el mismo volumen.

      (A él) "le queda capacidad bastante para tascar el freno de su descontento... Y actúa el mecanismo compensatorio que a todos nos han programado, pues si a cada uno que forma parte de la epopeya del mundito terráqueo le diera por concluir que lo están utilizando, ya sea el político de turno, el banquero de narices (...) o todos esos que no se conocen directamente pero que parecen mover los hilos entre bambalinas mundanas (...) se verá que el dictador ni siquiera tiene la misma cara, la misma pinta, el mismo aspecto, la misma pretensión ni el mismo pensamiento que quienes, en este mundito ensoñado, van de acá para allá buscando finalidades estupendas o perversas y auto-compensándose por ello, esto es, que se trata de alguien-algo tan fuera de pantalla que no habría manera de asumirlo, como no sea mandándolo al carajo, a ver qué pasa".

       Con esto acabo para no abrumaros más, si habéis llegado hasta aquí. Gracias por vuestras visitas habituales al blog, que me han acompañado en la soledad de los meses anteriores. No olvidemos lo sucedido. Pero, entretanto, hasta el año próximo, felices fiestas en lo que sea posible.

La próxima entrada, iniciado el 2021, del sábado al domingo 10 de enero.


Comentarios

  1. Me permito entrar en tu espacio para hacer un comentario/reflexión sobre algo que leí a un autor que ahora no recuerdo y es lo siguiente. A la tierra ( Madre Tierra) le importa un comino lo que haga la especie humana. La tierra seguirá estando ahí por mucho que nos empeñemos en destruirla. Nosotros desapareceremos , o no, pero el planeta seguirá girando alrededor del sol por muchos eones y nosotros seremos un lejano recuerdo en la historia del cosmos. No se si eso es un consuelo, pero al menos da que pensar en la levedad del ser que decía el autor y en lo risible de tanto esfuerzo por considerar que somos los reyes/reinas (no sea que alguien se moleste) de la creación.

    ResponderEliminar
  2. Siempre tan acertadas reflexiones en una sociedad que parece hacer oídos sordos. Escuche o leí no recuerdo bien, que a la Tierra le es indiferente el ser humano, podremos auto destruirnos pero el planeta seguirá sin nosotros por muchos eones. Somos totalmente prescindibles. Le deseo unas Navidades llenas de esperanza a usted y a todos sus lectores, los milagros existen, sobre todo en Navidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por compartir sus reflexiones, doctora, totalmente acertadas (en mi criterio). El Planeta seguirá de algún modo, pero con nosotros habrá perdido la ocasión más brillante de la evolución para... ¿para qué? No sé realmente para qué, puesto que la Historia demuestra que los grupos humanos parecen detestar por igual a la Tierra y a la vida que contiene, incluida la propia especie humana, siempre dispuesta al enfrentamiento y la agresión.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Participando en la Feria del Libro 2023 en Madrid, segunda parte

Participando en la Feria del Libro 2023 en Madrid, primera parte.

De mis Libros publicados y en publicación, además de la Hora del Planeta y el Clima