Vacaciones ¿para todos?

Pues, amigos lectores, después de publicar una entrada a mediados de Agosto, porque aún había noticias para comentar con cierta variación, me enfrento a esta nueva entrada a final de mes. Dado que ya parecía entonces que sigue muy activa una epidemia que no ha finalizado ni un momento, supuse ingenuamente que el gobierno habría aprendido del resultado dramático de la imprevisión y la ineficacia en situaciones límite, por lo que aprovecharían este mes, que parecía tranquilo, para trabajar duro en sus sillones y prepararse ellos y a todos para enfrentar con eficacia y dignidad lo que venga... Esto es, que no tomarían vacaciones y aprovecharían la menor presión de acontecimientos para evitar que  se desborden otra vez, de nuevo por la imprevisión y falsas impresiones de la estructura del Poder, que debería de estar en alerta permanente.

         Pero, vaya, me he equivocado y sí que están inmersos en sus vacaciones conjuntas, al menos durante 20 días, aprovechando para "desaparecer" de la actualidad. Así, confiando en cierta tendencia ciudadana en tal sentido, para que se olviden las situaciones, contingencias, perjuicios y resultados dramáticos de la epidemia. Sin embargo, no creo que sea fácil el olvido esta vez, cuando en la prensa de hoy se lee: "El coronavirus se descontrola: récord de contagios (...) Sanidad notifica casi 10.000 nuevos contagios en apenas un día...." (20 Minutos, del 29-8-2020).

         Así que tal parece que la denominada como "nueva normalidad" nunca ha sido normal y que se esfuma ante una "nueva oleada", que ni siquiera es nueva. Como en este período vacacional gubernamental no trascienden los cotilleos que antaño acompañaban a sus viajes de vacaciones oficiales, tanto silencio informativo parece como si se hubiera impuesto como una táctica o estrategia (nunca he sabido en qué se diferencian en la práctica ambos conceptos) para favorecer su tranquilidad y asueto, y con suerte el olvido del cuatrimestre "alertado".

      Otra "consigna" se me aparece ya hace semanas en los medios que yo leo a diario, donde han pasado a primera página informaciones sistemáticas y puntuales sobre... los premios de lotería en sus muy diversas ofertas de juego, especialmente las que, como euromillones, tienen un título lucrativo muy sonoro, resaltando las cifras de los premios y las localidades variadas en que han "tocado". Localidades españolas, claro, porque lo que parecen incentivar es "engolosinar" al ciudadano con que toca y lo mucho que toca y la mucha gente a quien le toca... para que se olvide, también por su lado, de darle demasiadas vueltas a su presente epidémico y a su futuro laboral y económico.

         No les digo más que, solo echando un ojo distraído a la noticia, mi desinteresada persona sufre como un "subidón" que me aconsejara recorrer varios kilómetros buscando a un lotero, de la clase que fuera. Menos mal que tanta distancia siempre me disuade de mis inquietudes jugadoras. Quede claro que, al menos, parece que la suerte actúa en algunos sentidos y las cifras, a veces marean. Aunque yo solo haya conocido a dos personas que lo consiguieron pero con premios secundarios: a uno le sirvió para invitar a una cena familiar; el otro con lo que le "tocó" se compró un coche modesto.

         Bueno, pues supongo que acaban de pasar los 20 días oficiales de desaparición veraniega. Aunque, cuando se vuelve de vacaciones, hace falta al menos una semana para ponerse a ritmo productivo (después de contar y escuchar en equipo lo habido y descansado), lo que en la práctica totaliza casi un mes de ocio. Por supuesto, el ritmo de las personas comunes lo conocemos todos. El de los mandatarios del gobierno, lo conocerán ellos solitos. Sin embargo, les ofrezco, gratis, dos píldoras para ponerse al día:

     1ª) Como el número de contagios (en pleno verano) se está disparando, queda inútil de necesidad la (ridícula) "desescalada". Porque vamos ascendiendo con piolets y mochilas camino del Everest (o de la montaña que más les guste), enfrentando la situación epidémica como alpinistas bajo tormenta en las cumbres y con barrancos en los flancos. De poco ha servido el tiempo pasado, que dejó el sistema sanitario derrengado y los ciudadanos confinados, con un sello en la nariz que nos pasaba de humanos a borregos. Con perdón de los borregos, pobrecillos, que ya sabemos cómo acaban...

     2ª) La segunda píldora, con datos de "El Heraldo de Aragón", de 31-7-2020: "La pandemia... hunde la economía, con una caída trimestral histórica del 18,5%. El consumo cae un 21%, la inversión se hunde con retroceso comparado con el año pasado de un 22% de abril a junio..." Y un poco más adelante: "Hasta ahora, los mayores retrocesos trimestrales del PIB han sido el del primer trimestre de este año (un -5,2%) y el del primer trimestre del 2009 (un 2,6%)". Les señalo que la caída del primer trimestre de este año dobla la caída del trimestre de 2009, en plena crisis económica de entonces. Para total claridad, les recomiendo el artículo citado.

     Para acabar por ahora y suavizar las cosas, el clima ¡Oh, el clima! Caluroso Julio, caluroso Agosto y en este penúltimo día, desplome repentino de hasta diez grados. Y a ver quién se pilla un catarro, en estas circunstancias peligrosas...

    ¿Pero será que hay un cambio climático, de verdad, de verdad, como decía la Conferencia de París?

Hasta el domingo 20 de septiembre, amigos.


   


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