Selección natural, o no.

A partir de Darwin (científico que impulsó un salto cualitativo en el conocimiento de la vida en el Planeta y cuyo nombre ostenta una ciudad australiana), todo ser vivo, en cada línea existencial animal o humana, consigue sobrevivir mediante cualidades posibles de ser transmitidas a su descendencia, lo cual configura la selección natural en el seno de las especies. Sin olvidar que la eficacia de supervivencia en cada individuo habrá sido debida también, en buena parte, a la pura y simple suerte, esto es, el azar que, como "casualidad" imprevista actúa, finalmente, como administrador último de la existencia, mixtificando el resultado final con numerosas variantes.

   Podríamos considerar que los humanos debemos a la evolución natural el habernos situado en la vía del éxito planetario rotundo, en detrimento de las demás especies. Pero esa supervivencia selectiva, favorecedora de los más dotados (sin definir en qué pueda consistir esa "dotación") la hemos desdeñado al evadirnos radicalmente de la naturaleza, entrando en colisión constante con ella y desequilibrando el orden de las cosas. Pues la vida humana ya hace mucho, muchísimo tiempo que no está regida por la naturaleza sino por contingencias históricas provocadas o favorecidas por una voluntad de dominio.

    Una consecuencia paradójica es la presión numérica de la población humana, a pesar de los incesantes trastornos, pestes, guerras, tensiones, enfrentamientos, emigraciones, desplazamientos, nuevos enfrentamientos, nuevos trastornos, nuevas plagas y nuevas guerras... originando resultados exclusivamente debidos al azar pero siempre en confrontación o contradicción con el orden natural, llevándolo sistemáticamente hasta la desaparición.

   Todo esto me lo ha sugerido una simple noticia leída en un diario "generalista", de esos que dan en la página multitud de cabeceras de todo tipo, importancia, contenido y color. Se refiere a un Parque Natural,  situado en el norte de España y diré que, a mi parecer y como tantos otros, de natural conserva tan poco como cualquier otra obra humana, pues es un cercado de amplias dotaciones, atrayente (previo pago de la tarifa de entrada), bonito (por el entorno medioambiental en el que está enclavado), imitativo (de la naturaleza residual) y conformado como un Zoo grandote y pintoresco, de esos que colaboran en la conservación de especies en vía de extinción, además de ofrecer un catálogo de otros animales diversos para la visita del público.

   La noticia es el nacimiento de un tigre de Bengala, el pasado 26 de julio, primer cachorro superviviente de esa especie en dicho parque desde 2002, habiendo en el mismo un total de nueve tigres de igual clase, de los que cinco proceden de otros establecimientos similares. Pero también existe un antecedente conflictivo que se produjo en ese zoo, creo que en 2014, cuando la empresa titular se manifestó incapaz de controlar a sus lobos residentes, después de haberlos trastornado con una serie de manipulaciones y desplazamientos para facilitar obras en el recinto, separando a adultos y crías con la consecuencia de que, al acercarlos de nuevo, se produjeron peleas entre ellos (murieron dos lobeznos y un animal adulto). 

   Para resolver esta situación conflictiva, el parque procedió a matar a ocho lobos adultos más (total once lobos muertos), lo que desencadenó una oleada de protestas a múltiples niveles, dentro y fuera del país, especialmente al saberse que se utilizaron disparos de rifle por parte del personal del parque, a tal efecto. Entiéndase esto como una simple información complementaria, que se puede consultar o ampliar en la red, a través de muchas noticias periodísticas de tal momento.

   Los animales en los zoológicos, o en los establecimientos oficiales de "repesca" de especies en extinción, originan resultados (que, por su barniz mercantil, me recuerdan a los "activos" de la saga de "Jurassic Park"), tan alejados de la selección natural como lo estamos nosotros mismos, pues en ambos casos somos producto del azar socio económico pero ellos, además, carecen de opción, elección y aún menos libertad, característica esta última básica en la vida animal. E incluso la libertad se contrae cada vez más en el poco entorno selvático que aún queda, sitiado, vigilado, administrado y expoliado.

   En cambio, al no someternos a la selección natural, nosotros hemos obtenido ventajas artificiales de progreso (hacia un dudoso futuro), comodidad (disolvente y pasajera) en la vida moderna, seguridad (donde la haya y mientras dure) en el desarrollo de nuestra existencia, además de un montón de cachivaches con los que entretenernos, o para que nos entretengan quienes saben sacar provecho de la actividad o inactividad de los demás, de la habilidad de otros, de la fuerza de trabajo de casi todos y de los resultados de una presión económica irrenunciable, que nos sujeta a múltiples obligaciones, mientras que seguimos ocupando el Planeta, reduciendo a mínimos la vida animal, erosionando el entorno y considerando la posibilidad de desembocar en una especie masificada y solitaria en un mundo que habrá vuelto a ser... plano.

Hasta la próxima semana.

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