Vidas paralelas - 1.

Hemos derivado por una senda evolutiva muy diferente de otros grupos de simios originales para llegar a convertirnos, desde un momento ignorado del pasado extremo, en la "cosa rara" que somos, donde caben lo racional y lo irracional, la generosidad y la rapiña, la igualdad y la desigualdad, el amor y el odio, dar vida y dar muerte, la grandeza y la miseria, obras trascendentales y acciones detestables. Además de destacar especialmente nuestra tendencia a perseguir y extinguir otras especies competidoras (que ya no son ni eso) por el dominio del planeta. De esas vidas paralelas apenas quedan unos raídos flecos, convertidos en un "reality show" al uso.

   En Eslovenia (miembro de la U.E.) hay una población de casi mil osos residentes. Cada año se cargan (o sea, los matan, por si no se hubiera entendido) unos cien, con la supuesta finalidad de mantener un número estable (¿y no podría conseguirse con control de natalidad?) en los bosques del país. No obedece tan lamentable actuación a que hayan ocurrido encuentros conflictivos con los humanos, que son excepcionales porque en todo el planeta la vida salvaje residual ha aprendido a evitar confrontaciones cuando la curiosidad y el entremetimiento de la humanidad los enfrentan con las personas dentro de un territorio.

   Estos animales, que viven en una imitación de vida salvaje en los países en que se encuentran, cuando no en una reserva controlada, contribuyen a la economía del país correspondiente gracias a su atracción como curiosidad para el turismo exótico. En su Eslovenia natal los mantienen en un equilibrio vigilado y además también sacan dinero, procedente de las concesiones que otorgan a las cacerías, que matan un número aproximado de 90 osos por año. Nacidos para morir, mediante los artilugios supermodernos que los liquidarán a distancia, cone rifles de precisión de potentes visores y sin riesgo para el escopetero.

   En España se inició hace algunos años una tímida "repoblación" de especies, que ya habíamos extinguido previamente, mediante la importación de algunos ejemplares de otros países para establecer focos aislados de animales "redivivos" en unas pocas regiones. Eslovenia ha cedido -por contrato y supongo que con precio por ejemplar- algunos osos, sobre todo hembras para fomentar la cría en el grupo. Pero, concretamente en el núcleo pirenaico, se ha producido una fuerte endogamia (pues no hay intercambio genético entre los pocos grupos peninsulares actuales) debida a un solo macho reproductor, Pyros, ya anciano o muerto. Así que se ha importado otro, según la prensa procedente de "una reserva cinegética" de Eslovenia, llamado Goiat. O sea, que ya estaba indexado en el catálogo de caza.

   Tras su llegada en 2016 hubo las primeras protestas cuando el plantígrado seleccionó libremente su comida con ovejas, yeguas y potrillos, desatando el pánico animal, además de saltarse tranquilamente las vallas electrificadas. En 2017 siguió con las mismas, deambulando entre las fronteras de España y Francia como oso por su casa, y de nuevo lanzado contra ovinos y equinos en ambos países. Ahora ya las protestas son oficiales en el Val d'Aran y se pide la "expulsión" a su país originario (eventualidad contemplada en el contrato de adquisición) por ser un irreductible cazador de piezas grandes, lo cual origina el consiguiente perjuicio patrimonial a los dueños de los ejemplares perdidos. En estos casos, tanto predador como presa son considerados mercancías por las que se cobra o  que se devuelven si no se está conforme, algo así como la libre devolución en plazo de la televenta ordinaria, se prueba (esto es, se usa) y se devuelve.

   Los predadores históricos de la Península fueron exterminados y otras especies distintas, también. El humano casa mal con su competidor en la pitanza y en el bolsillo. Y ya pueden ser grandes, que se los carga. Luego vienen los parches con la reintroduccion de ejemplares foráneos, como son los osos de Eslovenia y también bisontes de Polonia (que no sé si es para que terminen, como los avestruces libres que ahora son de granja, convertidos en solomillo para gourmets) y el lobo europeo (venido no sé de dónde pero que es un grupo distinto del que fue extinguido) cánido sobre el que recae aquí, además, un odio histórico.

   No entiendo si es por justicia compensatoria por lo que se les sitúa en terrenos que no son los suyos, con circunstancias y entornos que no conocen o recurriendo in extremis en algunos lugares y casos a la carísima reproducción inducida en núcleos protegidos, con ejemplares "repescados" ya al borde de la extinción, por nuestra culpa y falta de previsión. Luego los nacidos en cautividad son puestos en libertad a ver si se acoplan en la naturaleza aunque, como ocurre frecuentemente con el lince, los atropellen en las carreteras o alguien los acecha y los convierte en dianas.

   Esas vidas paralelas, minoritarias, decadentes e incentivadas, contrastan con el inmenso número de ganado en explotación intensiva que hace competencia por millones con la población humana. Si nosotros desapareciéramos de pronto, las mascotas carnívoras retornarían a su herencia silvestre, prosperando con tanta víctima suelta; o reaparecerían bichos muy grandes, escapados de laboratorios en "islas Sornas" que se hubieran dedicado a clonar o revivir de todo, como dinosaurios predadores frente a un ganado indefenso, o tal vez horrores de ingeniería genética incontrolable, mientras que las propias reses irían agotando campos y dehesas.

    Una duda ¿habrá dejado o dejará aún Goiat  una prole numerosa, heredera de sus capacidades predadoras demostradas? ¿Será que en su país de origen no lo conocían bien... o es que alguien lo eligió "por guapo" en un catálogo? Una vez más decisión humana con respuesta desconocida. Mientras tanto los animales, de la especie que sean, vienen y van, se ceden o se intercambian, se venden o se regalan, se aceptan o se devuelven como cualquier otra mercancía, ya sea para consumo o para ocio, viviendo o muriendo en artificiales vidas paralelas.

   Y hoy por hoy, y seguramente también mañana, los grandes dinosaurios depredadores somos precisamente nosotros y aprovechamos cualquier circunstancia para agrandar nuestro reinado sobre un mundo doblegado, aunque posiblemente no sea para siempre... Al menos hasta que algún "iluminado" vuelva
a reintroducir copias... de dinosaurios, en cuyo caso muchos se comerían bosques y cosechas y los otros, cualquier cosa de carne y hueso comestible ¿Por ejemplo?

Hasta la próxima semana.

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