Saludos, amigos todos:
A la vista de mis dos entradas anteriores ("Hechos y dichos" del 10 de agosto y "Hechos y dichos, por sus actos los conoceréis" del 7 de septiembre) he intentado suavizar con algo de alegría este escrito actual y, como mi modesta musa no me ayudaba a lograrlo, me puse a buscar aliento en mis escritos. Pero no eran datos agradables, bien al contrario me encontraba con sucesivas referencias (de años anteriores al actual) que entroncaban (como me temía...) directamente con la evolución del país en los últimos siete años. Imposible parecía resistirse a recordarlas:
Primera referencia: Copio aquí parte de la entrada de este blog de agosto de 2018, que trataba del deficiente funcionamiento de la tradicionalmente eficaz Sanidad pública en España con un caso llamativo (que expliqué en aquel momento al inicio de la entrada a la que ahora me remito) y que fue uno de los escritos del blog más leídos. Finaliza así:
"... Para esta pérdida de derechos adquiridos durante el siglo pasado pagamos constantes impuestos a los sucesivos gobiernos que sufrimos. Ahora mismo, políticos novedosos abriéndose paso, defienden el inmediato aumento de la presión fiscal. En el mismo sentido ya manifestó su intención, nada más conseguir el puesto de gobierno, el actual presidente no-electo.
"Pero, claro, con tanto cargo oficial, incluidos unos cientos de nuevos "asesores" sobrevenidos con el cambio de gobierno, más los ex-altos cargos anteriores, con sus pensiones y prebendas, con tanto embutir en las estructuras sociales toda la población de arribada imprevista a España (1.400 llegados a las costas, solo en una semana), con tanta burbuja (económica y productiva) que se hincha y se deshincha para desgracia del ciudadano, con tanto trajín mercantil y financiero misterioso y burbujeante, con tanta gente "metiendo mano" en el dinero público por aquello de que lo que es de todos es de cualquiera... (añado: léase de los oportunistas en busca de negocio ilegal o disimulado).
... Pues claro, las infraestructuras se quedan cortas ¿Y de dónde sacar más "pasta"? Pues de los impuestos del ciudadano común que siempre, tenga o no tenga, o paga o le embargan. O, si es un sufrido trabajador autónomo, si no alcanza a atender pagos, tasas e impuestos, de quedarle algo también se lo embargan. O pasando la titularidad de muchas herencias a la propia Hacienda pública, porque los herederos no tienen disponibilidad económica para pagar el impuesto de Sucesiones correspondiente..." Hasta aquí el final de "Fallos increíbles" (19 de agosto de 2018), una de las entradas más leídas de este blog.
Segunda referencia: Y ahora, lo complementaré con uno de los últimos Comentarios publicados a finales del terrible año 2020 en mi libro "Triannual II" (segundo y último de la serie) publicado en 2021 :
"... Hay que reconocer que si algo hay en este mundo caótico, eso es la política porque siempre, siempre, afecta a la vida y al porvenir de muchos miles de personas. Claro que se puede alegar que sin ella (la política) no habría orden en la extensa sociedad humana. Pero de contrario se podría argumentar que llamar "orden" al producto de una organización artificial, desequilibrada y parcial ("partidista" por antonomasia, pues por algo se denominan como "partidos", esto es, grupos aislados de personas que se alían para la búsqueda del poder, en toda su extensión) en la especie humana es negativamente utópico y bastaría poner la mirada en los medios de información general que, aunque sean contradictorios entre sí (¿también partidistas?) al menos dan noticias que luego habrá que analizar personalmente, con sentido común. Que es entrar en la dicotomía principal del "tú-yo, mis circunstancias y las tuyas" y, aún más, "mi ideología y la tuya". Lo que puede ser finalmente un "quítate tú, que me pongo yo" que origina un "de eso nada, y fuera de mi vista" y el consiguiente enfrentamiento...
"... Pugnas y encontronazos, cuando no luchas y combates se gestaron originariamente en la Prehistoria humana que, a su vez, heredaba de las agrupaciones simiescas en la búsqueda de pitanza, con la consiguiente defensa de sus territorios (y añado hoy en esta entrada: "impulsadas por un líder sin escrúpulos con fuerza y poderío convincente") cuando sus cabecitas, entonces todavía comprimidas, no podían asumir que cualquier apoderamiento del entorno solo tiene un dueño universal, que es la Tierra... Aunque con el tiempo y la evolución las cabecitas se convirtieran en cabezas pensantes y algunas de ellas anticiparan mundos, evaluaran causas, investigaran el medio natural y el espacio, crearan la ciencia y la técnica, el arte, la literatura y, como elemento ordenador, las Leyes... lo que no "desarmaron" fueron las armas, el enfrentamiento y la agresión que han quedado programadas para siempre en el subconsciente individual y grupal. Y de ello no nos hemos librado nunca.
Por suerte, hasta el presente (añado: "permaneciendo muy dudoso el futuro") esa cabecita ya desarrollada ha elaborado, en determinados humanos singulares, ideas que han influido en el contexto, más o menos universal, de manera positiva y no negativa: filosofía, ética y ponderación fueron las bases para ordenar la sociedad con un ideal de bienestar, llámese progreso, orden o justicia, cuando se inventaron las Leyes de ordenación... y las personas "pensaron" en sí mismos y en los demás."
Debido a la longitud del texto, aquí aplazo el resto del Comentario citado hasta otra entrada posterior que lo finalizará. Sirva de prólogo para definir, completar o comparar el pasado y el presente de la actividad humana, actualmente fustigada y seriamente amenazada por un contexto distópico en el que la democracia está tan asediada que apenas conserva algo más que su nombre y una sola y última garantía democrática que es la Justicia, al menos en España.
Gracias por vuestra presencia, amigos y lectores, y la próxima entrada estará prevista, si todo va bien, para algún momento entre el sábado 8 y el domingo 9 del próximo noviembre.
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