Imaginación y tecnología

 Bueno, amigos todos, saludos de nuevo y escribo en un día que parece un reflejo de lo que es la vida diaria, personal o general, porque ofrece un sol casi veraniego que va rolando durante la jornada entre luminoso y tristón, entre luz casi cegadora y manto de nubes grises; igual que, desde mi ventana, los árboles están por completo estáticos, sin una brizna de viento que, sin embargo, en jornadas anteriores ha venido manifestándose con fuerza. 

  ¿Qué relación hay entre la revuelta climatología y la sociedad? Pues es fácil  detectarlo, bastará con buscar, y debería decir rebuscar, porque las noticias de cierto "tono" social, (ya sean políticas, económicas, sanitarias, nacionales o globales) no suelen ser asequibles a lectores, como yo, no suscritos a los diarios. Así que tan solo accedo a las cabeceras y lo demás me lo imagino, por pura experiencia.

  Bien, como saben quienes me leen, el área cinematográfica forma parte de mis constantes como escritora, por lo que sugiere -para bien- y por lo que aporta -para mal- sobre todas las variantes posibles del discurso social. Así que he ido al Tercer comentario de Triannual II, donde me refiero a un film que me pareció llamativo por su título, lo visioné en 2018 y la verdad es que me interesó bastante, sin embelesarme, desde luego, pero tiene un personaje androide y eso sí que me interesa bastante. 

   Así que, dentro del propio comentario, dedique un epígrafe específico a "La robótica en el cine", en el que me referí al film (y novela SF) "El hombre bicentenario" (The Bicentennial Man) del gran maestro de la robótica Isaac Asimov y donde comento el contenido del film y el papel de la robótica en la sociedad de entonces (que ya han pasado algunos añitos desde que se escribió ese libro). Y finaliza mi Tercer comentario delTriannual II con los siguientes párrafos:

    "¡Vaya! En este momento me sobresalta, en alguna habitación de la casa un ruido insistente y que no reconozco... Ah, es el pequeño robot doméstico auto-rodante, limpiador del pavimento y recién estrenado, que ha tropezado en su camino con una cortina larga, delante de un ventanal, y la va retorciendo hasta sus tripas, impasible y empecinado en su función, convirtiéndola sucesivamente en un largo y tenso tirabuzón de tela, de techo a suelo... y eso que se supone que sus sentidos lo advierten de que eso no es polvo...

   "Así que me pregunto cómo habría terminado la cortina, o por su lado, el robotito, si el humano correspondiente no hubiera aparecido para resolverlo.

   "¿Qué decir? Pues que robots, androides, animatronics, transformes y vete a saber qué más sobre inteligencia artificial veredes, Sancho.

   "Y concluyo: como para quitarle (¿quitarles?) la vista de encima. Menudo estropicio."

     Bueno, los humanos de estropicios sabemos mucho... sobre producirlos pero también sobre resolverlos.

Y bien, amigos, gracias por vuestra presencia y espero subir la próxima entrada entre los días 14 y 15 de mayo.


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