Sin proximidad, no hay afinidad.

El título de esta entrada se refiere, en principio, a la presión constante producida por el confinamiento, total o parcial, y sus secuelas: ausencia de normalidad ciudadana, alejamiento entre personas, algunos comportamientos existenciales erráticos, relación mínima en el plano social, retracción de la vida personal, cambios en el carácter individual, alteraciones de la sistemática laboral, economía en disolución, ruptura del entramado mercantil y, además, destaca especialmente el desplome del sistema de Salud en el área de la atención básica y las constantes dificultades, durante los últimos once meses, por la permanente sobrecarga que sufre la Sanidad pública en España, en todos sus niveles. Y todo eso, y más, ha mantenido al país en permanente situación provisional durante interminables meses, sin soluciones eficaces y a la espera de lo que venga. Por supuesto, el contenido de este blog solo representa un simple criterio personal para obtener conclusi...