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El mundo tiene dos caras

 Saludo a los visitantes del blog, agradeciendo su lectura, habitual o esporádica, que es lo que alienta las entradas sucesivas. Pues bien, amigos todos, hoy lo inicio con una alegría y un lamento .   Lo inicio expresando mi enhorabuena a la selección femenina de fútbol español por sus impresionantes éxitos:  después de ganar el Mundial, ahora han triunfado en la Nations League . Han impulsado este deporte después de solventar muchos obstáculos, con esfuerzo y profesionalidad.   Y ahora en otro capítulo social, lamento profundamente la catástrofe que ha destruido dos edificios contiguos, de 14 plantas, en la ciudad de Valencia, convirtiendo en escasos minutos aquella mole constructiva en un infierno, con una rapidez increíble. El resultado más trágico comporta diez personas muertas: un matrimonio con dos niños pequeños, además de otras seis mujeres, en las plantas 8 (donde al parecer se inició el incendio) y 9. Todos los residentes han perdido sus viviendas y sus pertenencias. No quie

Triannual, año 7, entrada 77...

 Con calurosos saludos a todos los lectores, agradezco vuestra visita a mis comentarios en este blog: que escribo durante estos meses de invierno/verano con una temperatura --casi permanente-- nunca vista en los inviernos peninsulares y que me recuerda el ambiente de los semi desiertos, donde el potente calor del día da paso al intenso frío de la noche y así sucesivamente. Reconozcamos o no que estamos en pleno cambio climático,  en  España ahora tenemos una especie de primavera muy calurosa durante el día y un clima nocturno realmente invernal, muy diferente de los años anteriores .    Pues bien, este inicio del año 2024 me ha hecho meditar cómo inicié este blog, en junio de 2018: Se llama "Triannual", porque lo abrí al publicarse el primero de mis libros, precisamente titulado Triannual , que algunos conoceréis. Aunque tiempo después, en 2021, saldría una segunda parte titulada Triannual II, no tuve la previsión de numerar en la portada como parte " I",  al libro

El camino cuesta abajo

 Saludos, amigos, en el inicio de un año nuevo. A este respecto, no añadiré más, salvo que --como de costumbre-- ha pasado ese Pan y Circo navideño de consumo desatado y alegría aparentemente desbordada, como si tales festejos fueran una excusa (además de otras muchas) para no enfrentarse a (e intentar resolver) los problemas reales de un mundo que está imponiendo sus reglas, por encima de las nuestras, disolventes. Y a continuación, la segunda parte de la entrada anterior (" Qué difícil es ser ... humano! ) comentando dos libros:  " ¡Qué difícil es ser Dios! de los hermanos Strugatsky y "El Mundo del Río" , de Philip José Farmer: <<No viene al caso el periplo del personaje (en el " Mundo del Río "), a lo largo de ese río de la vida o de la muerte. Lo que cuenta es la imposibilidad de extinguirse de una vez y descansar. Sabiendo que, por lo que parece, la injusticia... no tiene final. Los dos libros comentados son dos casos de "libertad vigila

Qué difícil es ser ... ¿humano?

 Muchos saludos, en este mes de diciembre de un trabajoso (al menos para mí) año 2023 y, una vez más entre muchas, penoso para distintos habitantes del mundo. También es un mes en que se incrementa el  recurso de celebraciones sucesivas, en buena parte mercantiles y en algunos casos conmemorativas. Pues bien, tenía que subir en estas fechas la entrada ya anunciada y he pensado en algunos temas a tratar... pero me ha venido el recuerdo de un comentario (que solo publiqué en un blog asociativo hace unos diez años). Prácticamente no necesitaba releerlo, por las muchas veces que suele acudir a mi mente, como un comparsa descontento del indiferente paso del tiempo. Ese blog hace mucho que no está operativo y ya desaparecida la asociación que lo publicaba.  He repasado, sin modificaciones de fondo, el contenido del mismo y decidido ofrecéroslo en esta y la siguiente entrada (si algo trascendental no me hace intercalar otro comentario diferente). Así que es como lo escribí entonces: en enero

Panem et circenses

 Hola de nuevo, amigos y lectores. Si habéis leído la entrada anterior --sobre los ruidos vecinales estrepitosos-- recordaréis el sobresalto repentino que me produjo el retemblar de una taladradora con percusión en mi pared --provocado por un vecino obsesionado por el bricolaje-- que, por el salto que dieron mi silla y mi corazón, me ha estresado durante días. Al menos ya me he tranquilizado --no olvidado-- y puedo cumplir con mi agenda y ofreceros esta nueva entrada.    Pues aquí me tenéis, en un país políticamente inconsecuente, diría que caótico durante los últimos mandatos, rolando a un guiñol que podía  imitar a los períodos dictatoriales romanos, que eran consentidos en épocas conflictivas, pero actualizado con marionetas gritonas, dándose trompazos unas a otras, mientras los niños que están como espectadores lo contemplan divertidos, asombrados o asustados. Los "niños" comen y se divierten , así que todo va de rutina, mientras haya buena comida y sucesiva diversión .

Y aquí, la vida misma y sus agobios

 Hola, amigos,       Para salir del agobio de estar trabajando en dos libros a la vez, voy a optar por algo desenfadado:   En una serie de noticias cortas --de distinto contenido-- que me ofrece a diario y de pasada mi ordenador, os resumo una: un español, residente en la actualidad en Japón comenta en su cuenta en TikTok (espero dar el dato correcto, porque no frecuento redes sociales): Se encontró en su buzón un paquete que contenía una carta, de un vecino japonés que comunicaba (a todos los residentes del bloque) que iba a hacer obras en horario de 9 a 5 del día, disculpándose por el ruido previsible e incluyendo una toallita de regalo.   Cuestión la de anunciar previamente los ruidos de obras a otros vecinos es tan poco acostumbrada en España que, cuando alguien lo hace (yo, por cierto) te miran como si estuvieras demente y te dan unas "gracias" casi desconfiadas.    La pequeña noticia del español en Japón, incluye respuestas españolas (de los lectores comentaristas) que

Vueltas y revueltas

 Estimados amigos y visitantes del blog: Sigo con problemas de tiempo para atender a la entrada ordinaria (una al mes) por la presión que supone estar centrada en el proceso de publicación de dos nuevos libros simultáneos. Lo cual implica que voy siempre apresurada cuando subo la entrada prometida. Sin embargo, esta vez la adelanto un día. Pero sí que le dedico al blog reflexiones en muchos momentos y distintos horarios: eso me hace volver periódicamente a la lectura de entradas anteriores porque, nacidas de la vida ordinaria de aquel entonces (el blog empezó en 2018), hasta hoy totaliza con esta 72 entradas. No es la primera vez que voy a recomendaros una visita a una entrada anterior. Si optáis por leerla, entenderéis que --en casi todo-- sigue plenamente vigente , como si la hubiera escrito ahora mismo.  Además del contenido de la entrada, que  es siempre mi mayor interés, coincide con que esa fue de las entradas más visitadas y, curiosamente, a partir de ese momento el número de v